A lo largo del siglo XVIII diferentes países europeos gozaban de un optimismo y de una confianza en los poderes y capacidades humanas como poco se ha vivido en la historia de Occidente. Es el Siglo de las Luces, la Edad de la razón o la Época de la mayoría de edad del hombre. Se impone la metáfora de la luz, indicando que las tinieblas de la ignorancia son cosas del pasado. Confianza en una razón clarificadora, emancipadora pero exigente.

El alemán Immanuel KANT (1724/1802), que vivió en el rígido Estado Prusiano, encarnó en su persona los ideales de la Ilustración: la posibilidad de emancipación de cada ser humano. “El hijo del bastero del pueblo fue enterrado como un rey”. Descartes afirmaba que la razón es igual en todos los hombres; Kant asumió los grandes valores de la Ilustración: la confianza en el poder de la razón, la fe en el progreso científico o la necesidad de educación. Mantuvo siempre su entusiasmo por la Revolución Francesa.