5. El imperativo categórico o principio de universalidad de Kant
La mayoría de las éticas son éticas materiales: indican un bien máximo para el hombre (la felicidad, la perfección, la salvación, ...) y, en función de este bien, enseñan qué hacer. El filósofo alemán Immanuel
KANT (1724/1802)
rechaza estas éticas:
no son propias de un humano 'mayor de edad', son heterónomas. La ética kantiana no es una ética material sino
formal: exige
autonomía de la voluntad, que el hombre busque
su deber, que descubra cuál es
el imperativo ético que debe regir su conducta.
Los imperativos de las éticas materiales son hipotéticos o condicionados (si quieres ser feliz, tienes que hacer...).
El imperativo categórico nos obliga sin condiciones ni excepciones; indica como debe que ser nuestra actuación. Pauta de actuación, garantizada por la razón y universalitzable. Este
principio de universalidad actualiza la regla de oro moral que dice: “lo que no quieras para tí no quieras para nadie?. Exige considerar los seres humanos
como fines, no como medios o instrumentos utilizables.