3. Nietzsche: superhombre, el sentido de la tierra
Friedrich NIETZSCHE (1844-1900) fundamenta la idea del
superhombre en la muerte de Dios. La muerte de Dios, es decir, la muerte de ideales, principios o valores suprasensibles, inaugura un tiempo nuevo con dos
alternativas: la del
último hombre y la del
superhombre. Ve en
su propio tiempo el
reino del último hombre, donde imperan valores ya muertos. El último hombre es el hombre empobrecido,
carente de objetivos por los cuales valga la pena luchar, carente de fuerza para superarse y
precipitándose al nihilismo. Este es el hombre de la vida moderna: de vuelta de todo y que sólo busca la comodidad y su placer diario.
El
superhombre constituirá el
polo opuesto al último hombre:
el nuevo dios terrenal,
el sentido de la tierra, el ser “capaz de dar a luz una estrella”. En su camino, el superhombre se opondrá a toda difamación del mundo, a todo desprecio del cuerpo, a todo ascetismo. Dará un nuevo sentido al mundo
creando nuevos valores y sin ningún apoyo fuera de él mismo: será el
gran creador de valores fundamentados en la
vida.